¿Conocéis el Pozo de Nieve? Se trata de uno de los espacios de la ciudad más desconocidos. En el siglo XVIII se construyó este Pozo donde nuestros antepasados almacenaban y conservaban la nieve, actualmente se puede visitar y descubrir su historia.
Salamanca, una ciudad conocida por su rica historia y arquitectura, esconde tesoros que van más allá de sus emblemáticas plazas y edificios centenarios. Uno de estos tesoros es El Pozo de Nieve, un lugar que combina historia y cultura. Es una visita obligada para las familias que desean descubrir la Salamanca más auténtica.
Nos adentramos en el Pozo de Nieve de la mano del arqueólogo Fran, está ubicado en pleno corazón de la ciudad, data del siglo XVI. Al ingresar, las familias son transportadas atrás en el tiempo. El interior está meticulosamente restaurado, los visitantes pueden recorrer las estancias que alguna vez albergaron la nieve y aprender sobre la historia de la ciudad. Los niños disfrutarán descubriendo cómo funcionaba este ingenioso sistema de conservación.
Hace años y años se traía la nieve sobre mulos desde las sierras de Francia y Béjar para convertirla en hielo y utilizarlo para fabricar helados, como conservante, incluso para fines terapéuticos, banquetes o paliar dolores.
Este antiguo edificio de forma cilíndrica, con gruesos muros de piedra, es un testimonio tangible de cómo se preservaba la nieve en una época en la que la refrigeración moderna, a la que los niños están acostumbrados, era inexistente. Los más pequeños de la familia pueden aprender sobre esta curiosa técnica de conservación mientras exploran las instalaciones.
Se trata de un espacio con una historia muy curiosa y muy impactante ya que mide más de siete metros de profundidad, está cubierto por una bóveda de pizarra que era por donde se entraba.
Una de las partes de la visita que más llama la atención de los peques son las galerías subterráneas. Albergan un gran misterio, parece que te metes de lleno en las profundidades de la tierra, en las galerías hay mucha cerámica y alfarería que también nos transporta en el tiempo.
El Pozo de Nieve se dejó de usar cuando llegó la electricidad y se tapó para evitar problemas. Como colofón de la visita se puede observar el pozo desde un sitio privilegiado, desde abajo.
Por unas escaleras se sale al exterior para disfrutar de parte de la antigua muralla medieval de Salamanca, esta zona de la muralla tiene almenas, solo hay dos edificios más en Salamanca con almenas, la Catedral y la Universidad. Como curiosidad, los sitios con almenas tenían legislación propia.
Ponemos fin a un visita muy participativa que nos ha hecho el arqueólogo Fran y que recomendamos hacer a mayores y niños mayores de 10 años que, seguro, lo disfrutaran más. El acceso con sillas es imposible.
El Pozo de Nieve es una joya escondida en Salamanca que merece la pena descubrir en familia.
Turismo de Salamanca organiza visitas guiadas para mostrar este sorprendente espacio, os lo iremos contando en Menuda es Salamanca.
Dirección: Paseo del Rector Esperabé, 85.